Poesía y distancia (Villa china de Creek)

En la jungla urbana de hormigón, la gente suele ir de un lado para otro con prisas y anhela un remanso que pueda albergar su alma. Es el anhelo de «poesía y distancia». Cuando San Valentín se encuentra con una villa china, este anhelo se transforma en una experiencia extremadamente romántica.

Una villa china siempre ha sido algo más que un montón de edificios; es un depósito de cultura y emociones. Su concepto de diseño integra la esencia de la estética china. Pabellones, terrazas, torres, caminos serpenteantes que conducen a lugares recónditos y pequeños puentes sobre aguas corrientes: cada detalle desprende un encanto oriental, creando una atmósfera romántica natural para San Valentín. Cuando cae la noche y se encienden las luces, las luces del patio de la villa brillan a través de las celosías talladas de las ventanas, como estrellas parpadeantes, reflejándose en los rostros de los enamorados, amables y encantadores.

El día de San Valentín, se coloca una delicada mesa de comedor en el patio de la villa, rodeada de delicadas y encantadoras rosas. Los pétalos tiemblan suavemente con la brisa, como si dijeran un sinfín de dulces palabras. Sobre la mesa se coloca una cena cuidadosamente preparada a la luz de las velas, y la deliciosa comida y el buen vino desprenden un aroma seductor. Sentado frente a frente con la persona amada, mirando al brillante cielo estrellado y escuchando el suave viento y el gorgoteo del agua corriente, en ese momento el tiempo parece detenerse y el mundo entero se llena sólo con los latidos del corazón y las miradas afectuosas del otro.

Al entrar en el interior de la villa, los colores cálidos, los mullidos sofás y las cómodas camas hacen que todo esté lleno de la calidez del hogar. En este espacio privado, acurrucarse en el sofá con la persona amada, ver una película romántica o compartir las pequeñas cosas interesantes de la vida del otro, sin demasiadas palabras, una mirada, una sonrisa pueden transmitir un amor infinito.

Para las parejas, San Valentín en una villa es una pequeña escapada del ajetreo y un carnaval exclusivo para el mundo de dos. Aquí, «la poesía y la distancia» dejan de ser un sueño lejano para convertirse en una dulzura al alcance de la mano. Es testigo de los bellos momentos del amor y añade un precioso color a los recuerdos futuros, convirtiendo cada San Valentín en el capítulo romántico más inolvidable de la vida.